En una declaración profundamente emotiva a la prensa esta mañana, Jessica Iker, ayudante del sheriff del condado de Leo con más de 20 años de servicio en la aplicación de la ley, confirmó que su hijo biológico es el principal sospechoso del horrible tiroteo masivo que ocurrió en la Universidad Estatal de Florida (FSU) la noche del 17 de abril. También reveló que su hijo huyó y actualmente se puede localizar.
El anuncio se produjo durante una breve conferencia de prensa en el Departamento de Policía de Tallahassee. Vestida con uniforme completo, con los ojos enrojecidos y la voz temblorosa, la agente Ikper parecía visiblemente conmocionada al dirigirse a la prensa, dividida entre la responsabilidad de un agente del orden y el dolor de una madre. “Como madre, tengo el corazón destrozado. Pero como agente de la ley, me comprometo a cooperar plenamente con la investigación del caso. No interferiré, no protegeré ni encubriré las malas acciones, incluso si provienen de mi propio hijo”, dijo, conteniendo las lágrimas.
Un tiroteo masivo que conmocionó a la comunidad del campus
Aproximadamente a las 22:45 del 17 de abril, se escucharon varios disparos en la Biblioteca Strozier, un popular centro de estudio para estudiantes que se preparan para los exámenes finales. Testigos presenciales declararon que el sospechoso estaba armado con un hacha y disparó al menos ocho tiros contra un grupo de estudiantes antes de huir del lugar. El personal de seguridad del campus respondió con rapidez, pero el sospechoso ya había desaparecido en cuestión de minutos.
La Policía de Tallahassee confirmó que cuatro personas resultaron heridas, dos de las cuales se encuentran en estado crítico tras sufrir heridas de bala en el pecho. Las otras dos recibieron tratamiento por heridas leves y fueron dadas de alta del Hospital Memorial de Tallahassee.
La identidad del sospechoso comienza a desmoronarse
Durante varias horas después del incidente, las autoridades mantuvieron en reserva la identidad del sospechoso para preservar la integridad de la investigación. Sin embargo, fuentes externas revelaron que el sospechoso era un hombre de 22 años, exalumno de la FSU, que había sido arrestado hace más de un año por comportamiento violento e infracciones de conducta.
A la mañana del 18 de abril, tras horas de colaboración con los investigadores, la agente Ikper se presentó voluntariamente para confirmar públicamente que su hijo era el sospechoso. Fuentes confidenciales del Departamento de Policía de Tallahassee identificaron más tarde al sospechoso como Elijah Marcus Iker, nacido en 2002. Según se informa, Elijah tenía un historial documentado de depresión clínica y comportamiento antisocial, aunque nunca antes había enfrentado un proceso penal.
Un golpe a la credibilidad de las fuerzas del orden
La revelación de que el caso de un funcionario policial de alto rango está vinculado a un delito tan grave ha desencadenado una crisis de confianza en el sistema judicial local. La agente Iker, una figura muy respetada en la fuerza policial del Condado de Leo, es conocida por su integridad y décadas de dedicación al servicio público.
El incidente ha suscitado un intenso debate sobre si hubo alguna supervisión previa sobre el comportamiento de Elijah. Algunos oficiales revelaron que Elijah había sido detenido durante un altercado público en 2022, pero no fue acusado.
“Estamos revisando todos los registros previos para asegurarnos de que no se haya producido trato preferencial ni negligencia”, declaró el jefe de policía de Tallahassee, Greg Owes.
Reacciones públicas y agencias de salud mental
En la FSU, un ambiente sombrío se ha apoderado del campus. Cientos de estudiantes se reunieron frente a la Biblioteca Strozier esta mañana para una vigilia a la luz de las velas y orar por las víctimas. La universidad ha impuesto un aislamiento de 48 horas en todas las actividades académicas para que los estudiantes puedan procesar el trauma.
En redes sociales, hashtags como #PrayForFSU y #StopCampusViole se han extendido por toda la comunidad. Mayo expresó su indignación por las laxas leyes de control gubernamental del país y exigió exámenes médicos más completos para los estudiantes que presentan signos de angustia.
Algunos comentaristas pidieron reformas que exijan evaluaciones psicológicas obligatorias en escuelas y universidades, especialmente en regiones de alto riesgo.
Medidas de vigilancia y vigilancia a nivel nacional
Tras la confirmación del agente Ikper, tanto el FBI como las autoridades estatales de Florida iniciaron una operación multiagencial para detener al sospechoso. Se ha emitido una orden de arresto contra Elijah Marcus Iker, descrito como de aproximadamente 1,83 m de altura y 75 kg, con cabello corto y rizado, ojos oscuros y un tatuaje de calavera alrededor de su brazo izquierdo.
El último avistamiento conocido de Elijah fue en una gasolinera a unos 19 kilómetros al sur del campus de la FSU, alrededor de las 23:15 h del momento del tiroteo. Las imágenes de vigilancia lo muestran saliendo de una camioneta Ford Ranger negra, que aún no ha sido recuperada.
El FBI ha activado el sistema de tráfico. La tecnología de vigilancia y reconocimiento facial es un esfuerzo para rastrear sus movimientos y ubicación.
“Se le considera armado y extremadamente peligroso. No se acerque a él. “Si lo ve, llame a las autoridades locales de inmediato”, advirtió un portavoz del FBI.
El desamor de una madre: Atrapada entre la esperanza y el amor
Pocos pueden imaginar la angustia emocional que debe estar experimentando la agente Ikper. Una mujer que ha dedicado su vida a defender la ley ahora se enfrenta a la inimaginable realidad de que su propio hijo es quien la rompió.
Sin embargo, su decisión de presentarse y ser transparente, a pesar de las consecuencias personales y profesionales, se ha ganado un amplio respeto. En redes sociales, se la ha calificado como un “símbolo de integridad” y un modelo de responsabilidad.
“No le pido al público que perdone mi dolor. Solo les pido que recen para que ninguna otra madre tenga que pasar por este dolor”, dijo Ikper entre lágrimas.
La investigación continúa, pero el trauma persiste.
El caso de Elijah Ikper se extiende por todo el estado, y las autoridades afirman que podría haber abandonado Florida. Mientras tanto, las víctimas y sus familias permanecen hospitalizadas, lidiando con la incertidumbre y el dolor.
Esta tragedia plantea preguntas complejas que van más allá de las fuerzas del orden: ¿Cómo identificamos las primeras señales de inestabilidad? ¿Qué hacemos cuando el sospechoso es un ser querido? ¿Podrían nuestras instituciones, incluida la policía, exigir cuentas a sus propios responsables?
Por ahora, toda la atención está centrada en la investigación, con la esperanza de que Elijah Ikper sea capturado sano y salvo y de que se haga justicia, por muy justa que sea.
Procuraremos proporcionar información actualizada a medida que evolucione la situación. Si tiene alguna información sobre el paradero de Elijah Marcus Ikper, por favor, póngase en contacto con el FBI o con el Departamento de Policía de Tallahassee.